jueves, 6 de junio de 2019

Gestión Estratégica del Clima Laboral



          UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

                            Facultad de Ciencias Empresariales
                                    Escuela Profesional de Administración










ALUMNA:
 Karla Samanta Barrera López

CURSO:
Gerencia del Talento Humano
ASESOR:
                                                       Regner Castillo Salazar
Tarapoto- Perú
2019


Título del libro:
   Gestión estratégica del clima laboral

Nombre del Autor:
   María Jesús Bordas Martínez

 Breve Biografía:
BORDAS MARTÍNEZ, Dª. María Jesús. Doctora cum laude en Ciencias Económicas y Empresariales (UNED) y Licenciada en Psicología Social (UCM). Posee Estudios de Máster en Dirección de Marketing y Comunicación Empresarial (IDE- CESEM), Liderazgo Directivo (IESE) y Terapia Cognitivo-Conductual-Social (Centro Bertrand Russell). Mantiene una intensa labor docente e investigadora siendo actualmente Profesora en la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) en el Máster Oficial de Formación del Profesorado de Secundaria, en la asignatura de Resolución de Conflictos. Ha escrito distintos artículos sobre Clima Social y Organizacional así como sobre Investigación Social. De su extensa experiencia profesional destaca su labor como Directiva en el Grupo Telefónica, en los ámbitos de Dirección Estratégica e Inteligencia de Negocio, tanto a nivel nacional como internacional, con más de 15 países en su ámbito de responsabilidad. Ha ocupado así mismo puestos de Dirección en prestigiosas empresas de Investigación de Mercados y Consultoría entre ellas, TNS, IOPE et MAR o INRA España. En su trayectoria profesional ha ejercido funciones de Dirección General con responsabilidad sobre la cuenta de resultados junto con responsabilidad técnica, comercial, de marketing estratégico y gestión de equipos de más de 250 personas. Actualmente se dedica a la Consultoría Estratégica en los campos de Psicología Organizacional y del Consumidor además de ejercer como Psicóloga colegiada y Coach.






Resumen
En la segunda mitad del Siglo XXI en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico, las organizaciones deben adaptarse a los cambios, pero para hacerlo exitosamente deben contar con la identificación y el compromiso de su recurso más valioso, el recurso humano. Es ahí donde toma relevancia un tema ampliamente estudiado,  pero que debe ser de principal interés en las organizaciones, el Clima Organizacional. Podemos definir al Clima Organizacional como el conjunto de percepciones que los trabajadores tienen sobre su organización y como éstas afectan su rendimiento laboral. El Clima Organizacional se ve afectado por múltiples factores, como el estilo de liderazgo, el nivel de motivación existente, la forma como se lleva a cabo la toma de decisiones, el tipo de comunicaciones predominante, la manera como se fijan los objetivos organizacionales y por el empleo que se hace de los medios de control, entre otros. Es por ello que una adecuada gestión del Clima Organizacional, ya que no solo debe traducirse en la satisfacción de los trabajadores sino que también tiene que ver con cómo el trabajador se siente comprometido e involucrado con su ambiente de trabajo más allá de las responsabilidades de su cargo, además tiene que ver con cómo la organización da el soporte o el apoyo necesario para que, en conjunto con este compromiso, el trabajador sea efectivo en lo que hace. En ese sentido, hablar de clima no es solo sentirse bien o que el trabajador se sienta motivado, sino también que todos los trabajadores a raíz de su propio apego afectivo con su organización, junto con el soporte que sienten de ella, puedan generar un desempeño eficiente y eficaz en sus labores. En dicho orden de ideas, uno de los elementos “clave” para mejorar el Clima Organizacional es que las organizaciones deben tener claramente definidos su Visión, Misión y Objetivos Organizacionales y comunicarlos oportunamente a todos los trabajadores.
 Este último punto es vital porque así los trabajadores pueden saber cómo con su aporte contribuyen a los logros esperados de la organización. Asimismo, es muy importante que el ambiente de trabajo cuente con líderes que busquen llegar a resultados pero en función a la  buena gestión de los recursos humanos, y no que  busquen llegar a resultados a toda costa sin valorar y respetar como corresponde a los trabajadores, para ello es fundamental, la aplicación plena de una gestión participativa, el establecimiento de escalas remunerativas justas, el empleo de sistemas de evaluación adecuados y transparentes, la determinación de líneas de carrera que permitan a todos los trabajadores poder alcanzar los más altos niveles directivos en base a sus méritos, el pleno respeto al marco normativo vigente en materia de seguridad y salud en el trabajo, así como el respeto de los derechos laborales, a efectos de que éstos elementos sean los pilares de la gestión de los recursos humanos en toda organización

Conceptos
Una vez mencionados los principales antecedentes, hay que señalar, sin embargo, que el estudio del clima en las organizaciones, tal y como se concibe en la actualidad,  surge desde la perspectiva sistémica del pensamiento organizativo (que fue analizada en el epígrafe anterior) siendo una de las primeras aportaciones significativas a este enfoque el de Litwin y Stringer (1968).
Desde este enfoque global y dinámico, se considera a las organizaciones como contextos ambientales y culturales, psicológicamente significativos para sus miembros, en los que todos los comportamientos, individuales, grupales y organizacionales están en interacción y se influyen entre sí. En este sentido, el contexto organizacional condiciona el desempeño de las tareas, la consecución de objetivos y el grado de bienestar psicológico de sus miembros.
Existen diversas definiciones del clima  en las organizaciones en función de los aspectos principales en los que se ponga especial énfasis 24.
Las orientaciones teóricas de mayor uso en el estudio del clima organizacional distinguen entre tres perspectivas: la perspectiva realista u objetiva, la fenomenológica o subjetiva y la perspectiva interaccionista.
•Desde la perspectiva realista,  se tiende a considerar el clima como un atributo de la organización de carácter objetivo y relativamente independiente de las percepciones de sus miembros.
•Desde la perspectiva fenomenológica, se considera al clima más como un atributo de las personas, poniendo el acento en los aspectos individuales y subjetivos.
•Desde la perspectiva interaccionista se pretende integrar los dos enfoques anteriores al considerar al clima como el resultado de la interacción de las características objetivas de la organización y de las percepciones de sus miembros, reflejando pues, la interacción entre ambos tipos de factores: objetivos y subjetivos.
Por nuestra parte, después de analizar la literatura existente al respecto, desde un enfoque integrador,  proponemos el siguiente concepto de clima laboral  (término que preferimos al de clima organizacional por considerarlo más específico al objeto de nuestro libro):
El clima laboral se refiere al contexto de trabajo, caracterizado por un conjunto de aspectos tangibles e intangibles que están presentes de forma relativamente estable en una determinada organización, y que afecta a las actitudes, motivación y comportamiento de sus miembros y, por tanto, al desempeño de la organización. Puede ser percibido y descrito por los integrantes de la organización y por tanto, medido desde un punto de vista operativo a través del estudio de sus percepciones y descripciones, o mediante la observación y otras medidas objetivas. Aun reflejando el estado de la organización en un momento determinado, el clima laboral puede cambiar, siendo los propios miembros, pero muy especialmente, los líderes de la organización, los principales agentes en la generación de cambios.
En este sentido, consideramos que el clima laboral se refiere a la forma en que los miembros de una organización describen su entorno o ambiente de trabajo, a partir de un conjunto de dimensiones relacionadas con el individuo, el grupo y la propia organización.
Es importante recalcar la naturaleza descriptiva  del clima, el tener en cuenta que se trata de una descripción del mundo laboral según la percepción del empleado y no tanto de una evaluación, pues en esta naturaleza descriptiva y no evaluativa es donde reside fundamentalmente la distinción entre clima laboral (descripción) y satisfacción en el trabajo (que es una actitud, una evaluación, más que una descripción).
En cualquier caso, aunque la descripción no puede ser completamente separada de la evaluación, la distinción entre percepciones descriptivas y evaluaciones personales de las experiencias organizacionales diferencian el clima de la satisfacción en el trabajo.
Así mismo, consideramos que el clima laboral es un concepto multidimensional,  constituido por dimensiones relativas a las personas, relativas a los procesos de grupo y relativos a la organización. En el siguiente epígrafe profundizamos en la naturaleza multidimensional del clima laboral.
Pero lo más importante es destacar que el clima laboral influye en el comportamiento de las personas  que trabajan en la organización y de ahí la relevancia de su estudio, al considerarse que es un buen predictor de la satisfacción laboral y el grado de compromiso que se dan en la organización, así como de la productividad, eficiencia y desempeño empresarial.
Luego Campbell (1970), amplia el concepto y lo considera como un conjunto de atributos relativamente duraderos y específicos del ambiente interno de la organización que puede ser deducido del modo en que una organización se relaciona con sus miembros y su ambiente.  En esta relación el  individuo toma actitudes y se crea expectativas que describen la organización en su características estáticas como en grado de autonomía.
Jonhson (1972), Payne (1974) y Dressel (1976), señalan que el clima de una organización surte efectos sobres la conducta de sus integrantes y afecta las actividades puesto que se compone de un conjunto de variables que comprenden: las normas, valores, estructuras organizacional, valores grupales y otros.  Para Payne, además, puede ser medido operacionalmente con métodos observables objetivos, a través de las percepciones de los miembros del sistema.
Campbell, Dunnette, Lawler y Weik (1970), en una revisión y síntesis de varios estudios sobre el clima, identificaron cuatro categorías generales de la situación organizacional que son: (a) las propiedades estructurales, (b) las características ambientales, (c) el clima organizacional y (d) las características formales de los roles.  Ellos describen el clima organizacional como un conjunto de atributos específicos de una organización particular que se pueden deducir de la manera en que la organización interactúa con sus miembros y con el medio ambiente.  Identificaron las siguientes dimensiones del clima organizacional: autonomía individual, grado de estructura impuesta sobre el cargo, sistema de recompensa, consideración, calor y apoyo.
Berman et al (1975), reporta en su investigación, ocho (8) elementos importantes del clima organizacional: (1) disposición al cambio en la cultura total del instituto, (2) capacidad para resolver problemas, (3) apertura para discusiones y críticas acerca de la situación interna de la institución, (4) relaciones y mecanismos que permiten a la institución aprender y crecer a través de éxitos y fracasos, (5) compromiso de todo el personal en la toma de decisiones innovativas, (6) planificación sistemática, (7) liderazgo y (8) posesión de recursos adecuados.

























Bibliografía



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